Cinco formas de evitar la inactividad de la red
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La inactividad de la red es la pesadilla de todo prestador de servicios de TI. No solo interrumpe las operaciones internas, sino que puede traer muchos problemas a su cliente, con el descontento de este hacia el funcionamiento de su producto o servicio. La monitorización y análisis constantes de la infraestructura de la red son vitales.
La inactividad no planificada de la red con frecuencia es el resultado de un error o fallo. Esto conlleva a dolores de cabeza innecesarios, además del desperdicio de preciosos recursos y tiempo que podrían invertirse en hacer mejoras a sus servicios y operaciones. En años recientes, la inactividad de la red se ha vuelto más y más costosa. Las organizaciones señalan que el coste de las inactividades puede alcanzar entre los 301.000 y 400.000 dólares por hora.
Desafortunadamente, como otros problemas que afectan a las compañías tecnológicas, la inactividad es inevitable. Por fortuna, hay formas de minimizarla. ManageEngine aporta cinco recomendaciones para evitar la inactividad de la red:
1. Monitorizar constantemente la infraestructura. Para mantener activa y en funcionamiento la infraestructura de la red, la monitorización constante es clave. Esto se aplica a todo componente de la red, hardware o software. De esta forma, las empresas permanecen al tanto de vulnerabilidades existentes y posibles áreas problemáticas, lo que reduce significativamente las probabilidades de que un fallo las tomen desprevenidas, y permite a los negocios garantizar que la infraestructura esté siempre operativa y funcione con una eficiencia óptima.
2. Realizar pruebas frecuentes. También es necesario hacer pruebas constantes en la infraestructura para identificar áreas problemáticas y entender cómo funciona la red en un abanico de situaciones. Los gemelos digitales pueden desempeñar un rol importante, proporcionando información detallada de la infraestructura de la red, sin necesitar pruebas reales, ni causar las complicaciones que podrían surgir de dicha intervención.
3. Implementar una estrategia robusta para el mantenimiento predictivo. La monitorización y análisis constantes de la infraestructura de la red ayudan a tener una imagen clara del rendimiento actual y futuro. Recopilar datos en tiempo real forma una base sólida para una estrategia robusta de mantenimiento predictivo (PdM). El PdM usa datos en tiempo real e históricos para predecir cuándo un componente podría fallar y realiza proactivamente mantenimientos para garantizar que no interrumpa las funciones de la red.
4. Implementar un plan de recuperación. Desafortunadamente, la inactividad sucederá, sin importar cuán complejas y a prueba de errores sean las medidas que se implementen. Cuando suceda, hay que asegurarse de que se ha implementado un proceso efectivo para la gestión de fallos y un plan de recuperación ante desastres. Estos procedimientos forman un método reactivo para tratar con la inactividad. Puede ser la diferencia entre identificar la causa raíz y recuperarse rápido o enfrentarse a una interrupción corporativa prolongada.
5. Implementar sistemas redundantes. La redundancia de sistemas se refiere a crear copias de componentes críticos de la infraestructura. Este concepto funciona como una forma de equilibrio de carga en el que elimina un punto central de fallo en la infraestructura. Si un componente crítico falla, el duplicado puede asumir las operaciones, lo que garantiza una interrupción mínima y una continuidad del servicio.
Vemos pues que los administradores de red deben ser más proactivos y ágiles en la monitorización del rendimiento de la red. Sin embargo, esto es más fácil decirlo que hacerlo. Para ayudarles está ManageEngine OpManager, una solución de monitorización de red asequible y fácil de usar.
OpManager monitoriza dispositivos de red como routers, switches, firewalls, balanceadores de carga, controladores de LAN inalámbrica, servidores, máquinas virtuales, impresoras, dispositivos de almacenamiento y todo lo que tiene una IP y está conectado a la red. proporcionando una visibilidad profunda y control sobre ella. Así, en caso de fallo, puede detectar fácilmente la causa raíz y eliminarla antes de que las operaciones se vean afectadas.